Tremulosos guiños

jueves, 22 de septiembre de 2011

Es el prínsipe de ehipto


Tremulosos lectores, antes que nada quería felicitar a mi María de los Coros por esa notasa en en sociología habiendo estudiado la noche de antes

                                                      Coro sabrá lo que quiero decir con esto

ENHORABUENA!! Ya sabía yo que alguien cuyas contraseñas del msn/tuenti son del tipo: “Oo8779iRiIالألف$%” (¿Coro como las memorizas? -¿Pero que dices tia? Si es super fácil) tenía que ser de una raza superior. Así que fuerza y lucro, y sobretodo ofiuco resistence en esa larga carrera hasta el Oscar.
 
Ahora voy a centrarme en lo que me toca, que es el prínsipe de ehipto. Intentaré hacerlo lo más claro que pueda y si todo sale bien pillaré palos. 

Minuto 1:56

El término príncipe de ehipto va fuertemente ligado con el ya previamente explicado por mi compañera redactora de este blog, el síndrome de gizeh. El síndrome de gizeh, como ya es bien sabido, no es ninguna broma. Es una enfermedad grave que puede tener unos efectos secundarios muy devastadores en la persona quién lo sufre, entre ellos los delirios de grandeza y narcisismo, y de ahí viene este anexo, esta pequeña rama de esta tan grande enfermedad: El prínsipe de ehipto.
La persona poseedora de este trastorno, claramente no es consciente de lo que está pasando. Se creen conocedores de la verdad absoluta y de la perfección armónica de la belleza, cosa que se manifiesta de diferentes maneras según el individuo. 
Me veo obligada hoy a día 9-11-11 a retirar la foto que en su día puse...Pido disculpas al ofendido. Me sentía especially inspirada y perra, pero nada de esto es con maldad y no queremos querellas en este nuestro pacífico y cultural blog. No todo el mundo tiene nuestra austera visión del humor y del mundo, es algo comprensible y respetable. Mis disculpas otra vez.

Partamos de la base de que el síndrome de gizeh nunca llega a curarse del todo. Por mucho que te cortes la melenita triangular semejante a la pirámide de mikerinos, el trastorno seguirá ahí crónicamente afectando a tu riego cerebral. Es algo irreversible. Por ello, no os fiéis de nadie aunque ahora parezca normal…id siempre a mirar las primeras fotos que subían a sus redes sociales y entonces destapad la realidad. Por mucho que te guste esa persona o por muchas esperanzas que tuvieras puestas en ella…lo siento. Un palíndromo gizeh morirá siéndolo, en mayor o menor medida, dependiendo de las circunstancias personales, la temperatura ambiente…pero morirá siendo un gizeh.

Cómo antes decía, los prínsipes de ehipto que andan sueltos hoy en día son gente muy fácilmente reconocible. Sufren o han sufrido de síndrome de gizeh, y suelen dárselas de intelectuales/interesantes en sus conversaciones, siempre ensalzándose a sí mismos y dando coba aunque no tengan ni puta idea del tema a tratar. No es raro que participen en algún desafortunado grupo musical para sentirse realizados, y que su estilo de música preferente sean los G.H.I (Grupos Homosexuales Indies), porque según ellos sus letras expresan la insoportable levedad de su torturada alma, lo que no es más que el dolor de la almorrana palpitante que les dejó el estreñimiento que sufrieron la semana pasada.

 
Alcocer, ya más que asiduo de este nuestro blog

Si eres una persona normal, no podrás mirar a los ojos de un prínsipe de ehipto por mucho rato. Su mirada expresa la locura que hay en el interior de su cabeza, es fija y brillante, con las pupilas o bien muy dilatadas o bien muy pequeñas casi inexistentes. También es un rasgo característico de este ser, tener unas pestañas muy afeminadas y una nariz a lo Stig Larsson.

 
Ejemplo de nariz a lo Stig Larsson. Alarmáos cuando la veáis, es un mal presagio 


00:07. Ojos similares a los de un prínsipe de ehipto común en un momento de apogeo, como puede ser en época de celo, apareamiento, cortejo o hablando de algo sobre lo que se creen muy eruditos.

Los prínsipes de ehipto son un caso aparte a la hora de salir de fiesta. Suelen moverse por ámbitos oscuros en los que el dueño del local es parecido a Jesucristo. Ante todo, quieren dar una buena imagen ante la gente con la que salen y suelen invitar para demostrar su alta gama, o decir frases como: “ponlo a mi cuenta”, simplemente por el placer de hacerlo y que la gente de su alrededor los oiga y lo consideren atractivo e independiente, vamos, un prínsipe de ehipto en estado puro.

En cuanto al amor, los prínsipes de ehipto se consideran demasiado bellos como para entregarse a una sola persona a su corta edad (aunque ya sean unos maduritos con el escroto canoso). Por ello suelen ir de flor en flor, sobándole el atún a la que desprenda un olor genital más poderoso. Pero eso sí, cuando un prínsipe de ehipto se enamora, sufre una mutación en su enfermedad, una transformación completa. Se convierte en una viriginal niñita de catorce años que se escribe nicks, estados y tablones al más puro estilo Valle-Inclán en los que no faltan los iconos patéticos para un hombre de veintipico tacos entre cojón y cojón.

Creo que lo único que me queda para finalizar este psicoanálisis es añadir que suelen llevar calzoncillos con dibujitos en los que no faltan repelladas duras y amarillentas, converses de todos los colores para ser juveniles en cualquier ocasión, y que su mejor aliado es la plancha del pelo la cual guardan como en oro en paño creyendo que todos los demás pensamos que su flequillo es liso natural.
 
Y esto es todo por hoy, trémulos bloggers. Espero que os haya gustado mi colaboración del día de hoy.


                                               Ejemplar único de prinsesa de ehipto en el mundo.

Irene.
 

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