Tremulosos guiños

martes, 27 de septiembre de 2011

Relato corto de una Afrodita Anal autóctona

Una noche como cualquier otra, una Afrodita del sexo anal autóctona se acicala en su independent apartment para salir a la caza de algún aparitivo para su hambriento recto. Dado a su baja estatura y su anatomía de centaura, con un culo proporcional al tamaño de su apartamento, ha decidido ponerse unas mallas completamente ajustadas a su carne trémula que dejan poco a la imaginación, solo una masa de aire entre su ano y ellas. "Para lucirlas, me ofreceré voluntaria en cualquier actividad en la que haya que agacharse gratuitamente" pensó orgullosa y decidida nuestra Afrodita.
El apartamento de Anal Afrodita cuenta con lo básico para la vida de una soltera independiente que trabaja de camarera a tiempo parcial. Una cama para consumar el acto. Le gusta lo pequeño y acogedor que es su apartamento, porque eso revela que es independiente y maduro como ella. Le gusta tirarse numerosas flatulencias a modo metralleta y olerlas entre esas cuatro paredes, mientras hace fotos a contraluz que salen con efecto ahumado a causa del estripotoso e intenso olor repartido en tan poco espacio.
Pero como ya iba diciendo, Afrodita se está arreglando para una noche loca. Ya se ha puesto sus mallas, y rematará su look con unas botas que no dejan ningún espacio entre el borde de la propia bota y su pierna, que no puede respirar y le corta la circulación. Pintará una tremulosa raya en sus pestañosos ojos y una desenfadada y casual coleta adornará su cabezo, como diciendo "Podéis tirarme de la coleta durante el coito chicos", lo que deriva en "Soy una loba en la cama".

Cola de caballo. Inofensiva e inocente por el día, pero con un claro mensaje sexual oculto por la noche.


Aunque Afrodita ha quedado con gente más o menos de su edad, ella se comportará como si de una erudita matusalén se tratara frente a ellos. Está muy motivada desde que es universitaria, y le encanta tratar a sus compañeros como si fueran retrasados mentales o como si tuviera 20 años más que ellos cuando ella es la primera niñata caida del guindo, pero claro: ella ha disfrutado el sexo anal más que nadie y eso la hace superior a todos los que la rodean, ignorantes de la vida. Por ello, no se corta en decir frases como "¿No habéis probado el sexo anal? Pero por favor, no sabéis lo que os perdéis. El ano es una parte de nuestro cuerpo y debemos de disfrutar de él y no avergonzarnos" Afrodita es una persona muy abierta analmente, como ya he hecho especial hincapié.
Antes de salir de casa, Afrodita visita sus redes sociales. Afrodita solo hace esto en secreto, ya que públicamente está sometida bajo la presión de que ella es demasiado madura como para prestarle atención a estas cosas. Pero realmente, Afrodita cotillea cual maruja cuando tiene oportunidad, aunque en sus redes sociales no hay mucha actividad. Se caracterizan porque ella casi no sube fotos, solo alguna que otra que ella cree bohemia y merecedora, porque escribe muy correctamente (hasta pone acentos donde no los hay) y porque las demás fotos que suben sus amigos son de su pandilla y de ella por ahí de fiesta (osease, de caza anal). Afrodita posa con varios hombres, cuantos más mejor, demostrando así ser la hembra alfa de la manada.
Unos últimos toques de Eau de chochette antes de salir de casa, una colonia de feromona que atrae a todo macho cabrío, y Afrodita ya está lista para salir.
Afrodita coge el transporte público y asienta su ano en un asiento para minúsvalidos. No piensa levantarse ni aunque de un bombardeo se trate hasta que llegue a la parada estimada. Una vez allí, se levanta lenta y sufridamente y se va al encuentro de sus amigos. Nada más llegar, les comenta que se ha rasurado la vagina enteramente. Después, con toda su buena intención, le dice con una sonrisa en la cara a una de sus amigas que el bolso que lleva es falso. Afrodita es una de esas personas que dice todo con una malvada sonrisa en la cara, comparable a la del propio Bram Stoker a la luz de un candil.

Una vez en Afrodita se ha establecido en el ámbito del bar al que han ido (ya que según al pub al que asistan, Afrodita adopta una actitud de cortejo diferente), su ojo avizor se pone en marcha de prepucios que puedan satisfacer su ecosistema anal. A Afrodita no le cuesta mucho establecer un primer contacto con el sujeto en cuestión: no es tímida en absoluto. Ya está curada de espanto en cuanto a sexualidad de una noche se refiere: aquel tipo al que le hizo gestos obscenos desde un coche en marcha y acabó haciéndole un beso negro en su apartamento, ese que le ahogaba y que le pegó el papiloma crónico...Su desfachatez sexual está más que vista y no le tiene miedo a nada de lo que pueda venir.
Como era de esperar, Afrodita se dispersa de su grupo y acaba en su apartamento con un engendro de pelo largo y buena crianza de piojos, pero con una pinta de ser muy hiperactivo sexual y por su ello su ano lo eligió sin dudarlo. Solo hicieron falta unos cuantos mensajes subliminales en sus conversaciones: "Hola, ¿como te llamas? Tu polla en mi bocah Yo Afrodita, encantada... TU POLLA EN MI BOCA TU POLLA EN MI BOCA TU POLLA EN MI BOCAAHHH" para llevárselo al huerto.
Antes de nada, Afrodita le dejó claro que le encantaba llevar las riendas sexualmente y se colocó encima, empezando el follaje con unos movimientos extremandamente lentos y sufridos pero con mucha fuerza en el acabado lo cual podía propiciarle al individuo una seria lesión en el prepucio. Afrodita, con sus pálidos cachetes rojos y alborotados, botaba con una mano metida en la boca y unos gemidos completamente contra natura. De vez en cuando murmuraba cosas como "te la voy a comer te la voy a comer" con su insufrible voz de fingido excitamiento. Evidentemente y a todo esto, Afrodita se había dejado el sujetador puesto, manteniendo así su canalillo firme y sujeto sin que se dispersase. Tras un rato maltratando a la pobre víctima de toda esta situación, Afrodita, sin dar previo aviso, se colocó a cuatro patas al grito de "¿Me la quieres meter eh me la quieres meter por detras dura eh te gusta DURAAAAAAAAA". Después de esto, vuelve a adoptar la boca nenuco para parecer sexy e inocente a la vez mientras suda la gota gorda tanto facial como analmente. Finalmente, la guinda del pastel la pone la fellatio que le realiza al sujeto, muy rápida y seguida, con el único inconveniente de que en los intervalos de cuando se la saca de la boca para no ahogarse emite un gemido gutural de morsa clandestina proveniente de lo más profundo de sus entrañas.
Claro está que cuando Afrodita ya se ha contentado sexualmente, echa al individuo de su apartamento porque ese habitáculo está pensando para una persona y ese es su ano y su circunstancia. Y allí nadie se queda a dormir, esa es la única norma, siempre dice mientras guiña un ojo vizco. Ay Afrodita, nunca cambiarás


Irene.

2 comentarios:

  1. pequeños relatos de ayer y hoy.
    muy buena la invencion de hoy irene.
    pondremos una afrodita en nuestras vidas.
    coro.

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  2. Yo me se de unas cuantas Afroditas xD muy buena la descripción, si señor, me encanta este blog xDD

    Un besico, irene!

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