Tremulosos guiños

martes, 18 de octubre de 2011

SOY LESBIANA

  Aiudameh

Estimados lectores la pregunta de hoy va a ser simple y concisa. ¿Qué les ocurre a los especímenes de género masculino? Osease, ¿QUÉ LES PASA A LOS HOMBRES?
De un tiempo a esta parte, para mí es inevitable darme cuenta, observar detenidamente...que algo no va bien para los homo sapiens machos en edad de apareamiento.
Síndromes de gizehs, prínsipes de ehipto, proveedores de pies de prinsesito, G.H.I.S, lanzadores de miradas atractivas, psicopatías varias, desgraciados intentos de bohemian intelectual, clones de tito el bambino, gays penosamente encubiertos bajo una fachada de cenicienta reggaeton....eso es lo único que veo.
Me veo obligada por ello, con toda la pena de mi corazón a declararme lesbiana a mi corta edad de vida.

Mira Irene, tiene diastema. Seguro que te gusta.


No, no...darán igual vuestros intentos. Estoy hasta los cojones de la raza hombril, lo cual no quiere decir que ahora vaya en plan "El sujetador esclaviza a la mujer!"ni nada de eso... pero si que me vuelva completamente asexual.
Y os explicaré, fans de mi prodigiosa escritura, más o menos el por qué de todo esto.
Yo no tengo la culpa de que todas las mujeres que hayáis conocido anteriores a mí, fueran las típicas muchachas casaderas que vuestras madres (o los imaginarios de vuestras madres) desearían, serviciales y planas, con ano de panadera de perfecto cilindro para las posaderas de los sofás de vuestras recalcitradas casas. Más que eso, no tengo la culpa de que tuvieran la misma gracia que una fisura en el escroto y de que se pusieran unos nicks de amor con los cuales nada más verlos me entra un retortijón que avecina tormenta. Tampoco me pinto la sombra de los ojos a juego con la ropa para dármelas de fashion victim ni escucho esas canciones de reggaeton pero lentas que pretenden llegarte al corazón.
El caso es, pequeños seres varoniles...que no, no tengo la culpa y por eso no voy a disculparme por nada. La conclusión es que no doy el perfil para bailar con vuestros parientes borrachos y sudorosos Paquito el Chocolatero en una boda.



Alter ego


¿Y qué drama hay en todo esto? Pues ninguno más del que vosotros le dais. ¿Es justo que yo muera sola rodeadada de gatos porque ningún hombre sepa comprender mi mundo onírico interior? La respuesta evidentemente es no, pero tristemente, todo avecina que así será...
Pero el elemento contradictorio de toda esta situación es que claramente ante una magnificencia como la mía, todos se resisten a dejarla escapar, pero eso sí con la condición de que CAMBIE. ¿Por qué?
Porque sus cojones primarios así lo dictaminan. Su perineo estará más relajado de esta manera, cuando yo me convierta en una borrega más de la multitud y él en mi pastor.
La situación se complica cuando te niegas y salen a relucir los numerosos trastornos psicológicos graves del hombre con el que has estado. Ese gran desconocido.
El trauma infantil por excelencia de este individuo. Cayó en una olla de ácido o brebaje tóxico. Gracias a esto, puede excusar muchos de sus actos.


Y ahora sacaré toda mi faceta de psicóloga, animandóos a que descubráis vuestra introspección y ¿why not? os deis cuenta de si soys psicópatas o no. Nada más y nada menos que con el test de Rorschach. Escuchad esta canción mientras os perdéis en las imágenes. ¿Qué veis en ellas?





¿Se lo has dicho a tu médico?


Nada más que añadir. Quizás debería haberme tomado algún trankimazin antes de escribir esta entrada. Nos vemos todos los viernes en Cuatro a las 22:00, en Hermano Mayor, intentando solucionar mi problema del odio hacia los falos.



No hay solusió



Irene. 

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